Oficio
El mar, ese bailarín virtuoso
Genio de las ondas, maestro del desaparecer cuando lo tienes entre las manos
Furioso amedrentador de hombres con un cuerpo agresivo
Habilidoso escapista del suelo, del olvido
Un salto, unas gotas saladas que se escapan
Vive solo el presente, inmortal en el aire, quiebra el espacio vacío
Muda la luz su color, la energía que transmite
El sol es su aliado con sus rayos, su incandescencia el enemigo
La oscuridad lo vuelve impredecible, como recurriendo al romanticismo
Parques, miradores, peñas, te guste o no
Siempre es mejor observarlo en vivo
Poetas, plazas, balcones, libros, lo miran y le escriben
Nada detiene la fuerza natural
Ni represas, ni palabras, ni edificios
Fuerza natural impasible, mutable, con ritmo
La luna imprime su marca, lo apasiona, licantropo empedernido
En sus costas juicioso, habitar su profundidad es un éxtasis para los sentidos
Si se evapora pierde foco, pero presente sigue en el aparente vacío
Y, si se detienen sus moléculas, aparece la experiencia del frío
El hombre se excita en sus instancias, y sin él es muerte, es espacio vacío.
Ser agua, ser mar, ese peligroso y universal oficio.
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